París 1937, la 7 rue de Grands, Picasso trabaja en un encargo del gobierno republicano español.
Mientras tanto en plena guerra civil Málaga (mapa) y Guernika (mapa) son atacadas por la aviación fascista en los bombardeos son asesinadas miles de personas.
Consternado por la noticia Picasso pinta con furia el Guernica.
La madre que sostiene al hijo muerto clama al cielo su dolor.
El toro refugio de la mano, horrorizado espectador.
Yo mismo clamando al mundo la brutalidad de la guerra.
El caballo, herido de muerte se revuelve bramando de dolor.
Sus patas pisotean al guerrero muerto que todavía empuña en su mano derecha, una espada rota de la que emerge como señal de vida una flor.
Desde una ventana una mujer trata de acercarse a la escena sacando su cuello, iluminando el drama con una lámpara.
De otra casa encendida cae una mujer envuelta en llamas levantando los brazos desafiando a los asesinos.
Saliendo de la casa una mujer busca su salvación. Aunque su cuerpo huye sus extremidades quieren echar raíces, negándose a lo evidente.
Y en el cielo, ese ojo que todo lo ve, soportando la
bombilla avance científico, la bomba forma de destrucción masiva moderna.
Este cuadro gritará realidades, símbolo universal, un rechazo hacia las guerras que oprimen al más débil.
El homenaje inmortal del artista su España que llora.